A raíz de la pandemia de Covid-19, la forma de trabajar cambió aceleradamente, teniendo que migrar y digitalizar los procesos organizacionales para adoptar la modalidad de home office. En este sentido, el Banco Interamericano de Desarrollo BID considera al teletrabajo un factor detonante del crecimiento y digitalización de Latinoamérica. Al no ser solo una opción viable, sino necesaria, gobiernos alrededor del mundo han puesto énfasis en regular esta modalidad de teletrabajo, siendo México el primero de Latinoamérica en lograrlo. No obstante, aún falta un largo camino para sopesar las ventajas y desventajas que traerá esta regulación para las empresas y trabajadores mexicanos.
Estudios y encuestas de diversos lugares del mundo han registrado un aumento en la productividad después de declararse el home office como principal modalidad de trabajo. Por ejemplo, una encuesta realizada por la bolsa de trabajo Bumeran arrojó, el por 60% de los trabajadores mexicanos se consideran más productivos desde casa. Por tanto, una de las ventajas de la implementación y la regulación del home office es este aumento en la productividad de los trabajadores, pues a la larga generarán beneficios para las empresas y empleadores.
La modalidad de teletrabajo facilita las relaciones entre las personas, pues a través de los medios electrónicos se marca un ritmo de comunicación que afianza los vínculos entre las personas. Así, para la experta, una de las ventajas de la regularización del home office es mantener una red activa entre las relaciones profesionales y abrir las puertas a nuevas oportunidades laborales.
Aún falta camino para llegar a una equilibrada regulación del home office en México, en función de tener más ventajas que desventajas como trabajador y empleador. Al posicionarse como la principal modalidad de trabajo tras la entrada de la pandemia, la regularización del home office se hace necesaria desde las políticas públicas y el bienestar social.