La perseverancia es la capacidad para seguir adelante a pesar de los obstáculos, dificultades, desánimo, aburrimiento, frustración, o los propios deseos de rendirse. La persona perseverante termina lo que ha empezado, vuelve a intentarlo tras un fracaso inicial, persigue sus objetivos y se mantiene concentrada y trabajando en su tarea.

Dentro de la vida laboral de un trabajador existen momentos en los que la perseverancia se convierte en la clave del éxito. La perseverancia es fundamental a la hora de hacer frente al aburrimiento crónico, a la falta de motivación, a la pérdida de interés por el trabajo o al síndrome del trabajador quemado. La perseverancia implica vivir conectado con el presente y no pensar tanto en el futuro. Entre otras cosas, porque nadie sabe qué puede pasar mañana.

El control de los impulsos se debe trabajar desde una edad temprana, y esto no es una cuestión menor o sin importancia.

¿Por qué?.. hace tiempo la Universidad de Stanford hizo un experimento, en un cuarto libre de distracciones se colocó un bombón en una mesa; el bombón se le ofreció a cada niño de 4 años y se le prometía que si esperaban durante 15 minutos sin ceder a la tentación de comérselo, serían recompensados con un segundo malvavisco.

Se observó cómo algunos niños se tapaban los ojos o se daban la vuelta para no ver el bombón, otros empezaban a patear la mesa, oler el malvavisco y besarlo, mientras que otros simplemente se lo comieron al instante en el que el investigador dejó la habitación.

El estudio siguió la trayectoria de los niños de 4 años hasta que terminaron la secundaria. 12 ó 14 años más tarde, se observó que los que habían resistido la tentación a los 4 años, como adolescentes eran más competentes en el plano social: personalmente eficaces, seguros de sí mismos y más capaces de enfrentarse a las frustraciones de la vida.

Lo mismo ocurre con el gasto y el ahorro, el secreto es estar consciente de que lo que hacemos hoy, cuando se va acumulando día a día, tendrá un fuerte impacto en nuestro futuro, para bien o para mal.